lunes, octubre 30, 2006
posted by Javier at 3:17 p. m. | Permalink
Cuentacuentos

Desperté del sueño, producido por una manzana, gracias al beso de un hada que me insistió en que si no me crecía la nariz, podría atravesar la ventana y capturar a mi sombra para deslizarme después por los largos cabellos trenzados de la luna.
Tomaría el camino de baldosas amarillas y llegaría a la madriguera del tiempo con un picaporte parlanchín que me hablaría acerca de una vieja lámpara de aceite que contiene el nombre de un misterioso enano que habita junto a un gato que no anda descalzo y que pasea por entre las flores en las que nacen niñas que desean crecer para tener su propia calabaza y su zapato de cristal; regalo de algún lobo mentiroso que persigue a siete cabritillos; vecinos ellos de una ratita presumida y de una obstinada liebre que compite contra una sosegada tortuga por conseguir el alimento que una trabajadora hormiga ha amasado mientras una perezosa cigarra le recitaba poemas sobre una sirena con apariencia humana que gustó de conocer a tres cerditos amenazados por un cruel gigante al que un valiente sastrecillo dio una importante lección.

Sueño con poder regresar a Bremen al compás de la música de una flauta que hipnotiza a ratones de campo y de ciudad; Cruzar el imperio con un traje desnudo y alcanzar el camino de migas que me lleve hasta una casita de azúcar y chocolate con tres camas bajo las cuales un guisante se convierta en la escalera al reino de un ogro poseedor de una gallina sin igual y de un cántaro de leche repleto de deseos.

Pues con valor y temeridad, sin asustarme ni siquiera por un jarro de agua fría, regresaré-escoltado por un valeroso soldadito cojo-, al pueblo donde los cisnes son feos al nacer y las nueces son abiertas por las agallas del príncipe de
los juguetes.
Y cuando la rosa se empiece a marchitar, llamaré a los fantasmas del tiempo para que me vendan el último fósforo que me alumbre hasta que de un suspiro se apaguen las estrellas del firmamento.
 
jueves, octubre 26, 2006
posted by Javier at 11:08 a. m. | Permalink
Juego de niños


Ayer quise pasarme por aquí pero entre unas cosas y otras (webs, trabajos y estudio), se me pasó la hora y no me fue posible... El caso es que hoy si que tengo tiempo (¡Clase de Documentación Informativa!-genial-).

Ayer, tras un duro día de universidad...bueno, seamos sinceros, dejémoslo en un día de lo mas normal en la universidad, tomé el tren, como cada día, y después el autobús a casa.
Me apeé de él unos minutos más tarde mientras instaba a mi cabeza a que pudiese imaginar y crear en unos minutos el argumento para un corto que pudiese gustar al púbico. Al parecer, hay un concurso de cortos en mi universidad al que podemos presentarnos cualquier alumno, y no voy aser yo quien pierda esa oportunidad.

Como decía, en estas me encontraba, recurriedno a los típicos temas y nimiedades para mi posible trabajo, cuando cruzó por delante de mí la solución a mis plegarias:

Un niño que no alcanzaría los 9 años, embutido en un enorme anorak, corría por la calle, parándose de vez en cuando, con un paraguas cerrado agarrado como si fuese una metralleta. A su alrededor, en las ventanas, balcones y tejados de las casas circundantes aparecían enemigos invisibles que el niño, sin ningún rastro de piedad, apuntaba con su improvisada arma y disparaba con todo lujo de detalles-él mismo hacía el ruido del disparo, del viaje de la bala y de la colisión-.
Cruzó por delante de mí y alcancé a escuchar parte de su conversación con su compañero de guerra invisible...dijo algo así como "Nos tienen rodeados...¡Dispara allí!", dicho lo cual se giró en redondo y apuntó con la punta de su paraguas al balcón que había sobre nuestras cabezas.

El niño se perdió calle arriba y yo seguí mi camino... Pero el encuentro casual con aquel muchacho había sembrado en mí la idea de un posible-y para mí estuy
pendo-corto que espero poder presentar en el futuro en el concurso de mi universidad. Quién sabe...

Ojalá todas las guerras fuesen imaginarias...
ojalá las batallas se librasen con paragüas en lugar de con metralletas,
ojalá el disparo de una bala fuese el silbido de un chiquillo,
ojalá las guerras terminasen cuando nos llamasen a cenar,
ojalá...
 
lunes, octubre 23, 2006
posted by Javier at 9:29 p. m. | Permalink
Persistencia de la memoria
Persistencia de la memoria, de Salvador Dalí.

Este cuadro supone uno de mis favoritos de este magnífico pintor. Quizá se deba a su originalidad, quizá a los colores, a las formas que se derriten, a sus "relojes blandos", sea por lo que sea no debía faltar en este lugar...

La persistencia de la memoria... la persistencia de los recuerdos, de lo vivido, de lo que jamás volverá a suceder...
 
sábado, octubre 21, 2006
posted by Javier at 8:45 p. m. | Permalink
Reencuentro inesperado
La recordaba vagamente. Alguna vez un pensamiento relacionado con ella había surcado su mente durante un instante impreciso. Siempre los mismos... "¿Qué habrá sido de ella?" o "¿Hace cuanto que la conocí?".
Nada importante, simplemente se acordaba de vez en cuando de su persona... Total, habían coincidido en un mismo grupo de Actividades Juveniles durante un fin de semana en algún pueblo perdido rodeado de estaciones de ski . Habían pasado tan sólo 3, a lo sumo 4 días juntos, y el chico se había llevado consigo un grato recuerdo de ella.
Era imposible que pudiese tener lugar aquel reencuentro, y sin embargo... sucedió.

Era el primer día que el chico pasaba en su nueva universidad; un montón de clases, 5 años de carrera y un futuro por delante era lo único en lo que podía pensar entonces...
Hasta que, durante la presentación de una de sus asignaturas, alguien tras él intervino para decir algo a la profesora; el chico se giró para ver de quién se trataba y entonces la reconoció. No tardó un sólo segundo en saber quién era. No tuvo que preguntarse de qué la conocía, de qué le sonaba o cómo se llamaba... Simplemente lo supo, ella estaba sentada tras él.
Entonces comenzó a recopilar en su mente toda la informacion que, desde hacía 5 años, no escuchaba, recordaba o, simplemente, pensaba: Tenía un hermano pequeño, hacía teatro... ¿Cumpliría años a comienzos de año?, de eso no estaba del todo seguro, pero no importaba. Tenía que hablar con ella.
Asi que, cuando la clase terminó, el joven se acercó a ella y, con un hilo de voz, le preguntó: "Perdona, creo que nos conocemos."
El "creo", era una simple duda de cortesía, pues no le cabía la menor duda de que así era.
Ella le miró durante un instante y después contestó: "Si... tu a mí también me suenas, pero no consigo adivinar de qué."
Él le sonrió enigmáticamente y después procedió a contarle todo lo que recordaba... Todo menos dónde y cómo se habían conocido hacía 5 años.
No fue hasta varios días después que el joven le dió aquella información.
Parecía el argumento de una esas películas americanas a lo "El amor es lo que tiene"en la que los protagonistas se separan y se reencuentran años después-¿No sucedía lo mismo en "La bella durmiente" de Disney?-, sólo que en este caso había sido real y por primera vez para el chico, le había sucedido a él y no al protagonista de ninguna película.

Es irónico pensar en el destino. Ninguno de los dos jóvenes había podido imaginar aquel reencuentro. Para ser más exactos, ella era incapaz de recordar demasiados detalles de cuando se conocieron, por no decir ninguno y , en cambio, el chico sí.
Y ahora yo me pregunto: Cuando nos encontramos con alguien a quien hace tiempo que no vemos, que reconocemos con facilidad y sin apenas dudar... ¿Le sucede también lo mismo al otro? ¿Es capaz de recordarnos tal y como nosotros hacemos?

Quizá con ayuda sí, pero es posible que en la mayoría de los casos no sea una acción recíproca.
 
jueves, octubre 19, 2006
posted by Javier at 9:24 p. m. | Permalink
Puedo escribir los versos más tristes...

Si hay un poema que debo considerar "mi favorito", no dudaría al decir que se trata del Vigésimo poema de Pablo Neruda...
Si alguno no lo conoce, ya no tiene excusa para no leerlo...

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta.
A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.
 
miércoles, octubre 18, 2006
posted by Javier at 7:32 p. m. | Permalink
Un tazón de reflexiones

Me encuentro frente al ordenador tras haber estado estudiando algún tema de Historia Contemporánea y haberle dado un buen mordisco a la obra "El mundo de Hoy" de Kapuscinski.
No me gusta la sensación que me embarga en estos momentos: El mundo se va al traste, la vida se apaga a cada instante como vela en un día de tormenta, y nosotros, los vivos, no hacemos casi nada por evitarlo.

La situación mejorará, me digo a mi mismo. Es posible que se trate de una mera etapa más en el paseo de la humanidad. Al fin y al cabo, llevamos más de 2000 años poblando la Tierra y aún seguimos sobre ella, ¿no?. Esta meditación es fugaz y poco alentadora, al instante siguiente no queda ni rastro de ella y el mundo sigue empeorando velozmente.

Esta mañana, como cada día, me he sentado frente al televisor-mientras escapaba del sueño y cruzaba a la realidad con la única ayuda de un tazón de leche caliente-, a ponerme miserablemente al día de los sucesos que a los noticieros les parecen más importantes-pues soy consciente de que todo lo que los medios nos venden no es si no una insignificante parte de lo que en el mundo tiene lugar-, para volver a darme de bruces con una realidad atestada de asesinatos, de masacres, de guerras, de desolación, pobrezas y sufrimiento.
Un asesinato sucede a una violación, a la que le sigue un caso de maltrato domestico y, tras el cual, en la pantalla cobra vida una explosión en algún país que nos resulta tan lejano que no llegamos a asimilar del todo las palabras del reportero: ¿100 muertos?, ¿niños implicados?, ¿grupos terroristas?. A veces ni tan siquiera levantamos los ojos del desayuno, sin embargo, si los implicados fuesen europeos o norteamericanos, entonces nuestros oídos movilizarían al resto del cuerpo para poner atención a la noticia. ¿A caso son más muertos esos que los de otros países?...
Ojalá la humanidad entera, como individuo, se detuviese un sólo minuto,-¡Pido aún menos tiempo si creo que puede ser posible!-, para reflexionar acerca de la actual situación en la que se encuentra.
Ojalá fuésemos capaces de escucharnos en silencio.
Ojalá...

Apago el televisor. No quiero llegar tarde.
El tazón está vacío.
 
martes, octubre 17, 2006
posted by Javier at 1:01 p. m. | Permalink
Lloviendo en clase...


Me encuentro en clase de Informática Aplicada. Hace rato que he terminado la práctica que nos han pedido. Me gustaría salir ya de la univesidad. Hoy está lloviendo y por fin puedo sentir el vaho escapando de mis fosas nasales y de mi boca; el agua empapa los caminos y la tierra se embarra manchando nuestras zapatillas. No me importa; Me gustan la lluvia y el frío; Los he estado esperando mucho tiempo.

El profesor elige a alguien nuevo para salir a su Mac OS. Me limito a esperar a que termine de explicar todo: Numeración y viñetas. Somos cinco personas en clase. ¿Nos darán positivos por ser los únicos en venir a su clase?, ¿Pegatinas con forma de estrellas?; lo dudo...
El resto de alumnos se han ido a sus casas o a sus residencias. ¡Estamos en una clase particular!, estupendo, no quepo en mi de alegría. (Nótese el sarcasmo en mis palabras).

La ventana está empañada, pero en el exterior se escucha la lluvia caer a chaparrones.
Quiero salir. Quiero mojarme. Quiero ir a Madrid, ¡Ya!. Me quedan 10 minutos para que me den la "libertad condicional". (Al menos hasta mañana a las 9).

Han terminado el ejercicio. Creo que podremos irnos a casa.
Por fín podré mojarme. Por fín podré salir de aquí.

Me equivocaba; el profesor no es tan venebolente. La clase continúa.
 
lunes, octubre 16, 2006
posted by Javier at 10:13 p. m. | Permalink
¿Recuerdas cómo se era niño?
¿Te acuerdas de...?
- Aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico: "Pitopito gorgorito... ¿dónde vas tú tan bonito? A la era verdadera, pim, pom ¡fuera!".
- Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple: "No ha valido" o "¡¡cruci!!".
- Los errores se arreglaban diciendo simplemente: "Empezamos otra vez".
- El peor castigo y condena era que te hicieran escribir 100 veces: "No debo...".
- Tener mucho dinero sólo significaba poder comprarte un helado o una bolsa de chucherías a la salida del cole.
- Hacer una montaña de arena podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde...
- Para salvar a todos los amigos bastaba con un grito de: "¡¡Por mí y por todos mis compañeros, y por mí el primero!!.
- Siempre descubrías tus más ocultas habilidades a causa de un: "¿A que no haces ésto?"
- No había nada más prohibido que jugar con fuego...- "¡TONTO EL ÚLTIMO!", era el grito que nos hacía correr como locos hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho.
- El polis y cacos era sólo un juego para el recreo y, por supuesto, era mucho más divertido ser ladrón que policía.
- Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado.
- La mayor desilusión era haber sido elegido último para el equipo en el cole.- Los hermanos mayores eran el peor de los tormentos, pero también los más celosos, fieles y feroces protectores.
- Nunca faltaban los caramelos que tiraban los Reyes Magos en Navidad, ni el dinero que nos dejaba el Ratoncito Pérez bajo la almohada.
- "GUERRA" sólo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase.
- Los helados constituían el grupo de los alimentos básicos y esenciales.
- Tu bici se transformaba en una poderosa súper moto con sólo poner unos cartones en la horquilla para que hicieran ruido contra los radios. Quitarle las ruedas pequeñas significaba un gran paso en tu vida.
- El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas.
- Hacer cabañas con ramas cuando íbamos de excursión al campo nos entretenía durante horas... hasta que venían a avisarnos de que teníamos que irnos y llorábamos desconsolados.
- Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas.
- Era un gran tesoro si encontrabas trozos de escayola de las cubas y podías dibujar "el tejo" en el suelo para jugar.
- Lo más divertido: Saberte la coreografía de XUXA, BOMBOM CHIP,etc. y bailarla con tus amigas o comentar el último capítulo de "CAMPEONES" e intentar imitar la "Catapulta infernal" con tu mejor amigo.
- Sentarnos frente al televisor a las 5 en punto con los ojos desencajados y ver "Barrio Sésamo".
- Creerte Superman o Supergirl y ponerte el "babi" del cole a modo de capa mientras subías por cualquier escalón y deseabas con todas tus fuerzas poder volar como ellos.

Todas estas simples cosas nos hacían felices, no necesitábamos nada más, un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el día...
SI PODÉIS RECORDAR LA MAYORÍA DE ESTAS COSAS Y HE CONSEGUIDO QUE SONRIÁIS, ENTONCES SIGNIFICA QUE HABÉIS TENIDO UNA INFANCIA FELIZ Y QUE TODAVÍA OS QUEDA DENTRO ALGO DEL NIÑO QUE ERÁMOS NO HACE TANTO TIEMPO...ASÍ QUE ENVÍA ÉSTO AL QUE NECESITE UN PEQUEÑO DESCANSO EN SU APRETADA Y AGITADA VIDA DE ADULTO O QUE ESTÁ ENTRANDO EN ELLA Y SE AGOBIA.¡NUNCA PERDÁIS AL PEQUEÑO NIÑO QUE LLEVAMOS DENTRO! ¡ÉL DA SENTIDO A NUESTRA VIDA! Y... ¡¡EL ÚLTIMO EN LEERLO SE LA LIGA!!
 
posted by Javier at 4:39 p. m. | Permalink
Donde huyen las sombras


He aquí una canción compuesta por mí hace ya unos meses. Sé que sin melodía no es lo mismo, pero así al menos podéis leer la letra.
Es terriblemente común y recurrido el mensaje, pero la idéa sigue estando vigente en muchas personas de hoy en día y me encontré con la oportunidad de darle música, no quise dejar pasar el momento y aquí está el resultado.
No espero que os guste, pero quizá, a alguno, le llame la atención.
Entonces habré conseguido mi objetivo.
Donde huyen las sombras
¿Cómo puede ser que cada historia acabe igual?
Que el caballero rescate a la dama, que el dragón muera al final.
Y que ninguno de estos cuentos
Se parezca a mi vida real
Y no haya nadie que me diga:
Por la ventana podrás escapar.

¿Dónde está el lugar donde las sombras huyen?
¿Dónde esta el hogar de las redadas a sueños que nunca soñarás?
Donde los niños vagabundos son príncipes de verdad.
Y donde un beso a escondidas al apagar la luz,
Dibuja mentiras en tu eterna juventud.
¿Dónde esta el lugar donde las madres no llegan?
¿Dónde esta el hogar de las recuerdos olvidados tras un mar de falsedad?,
Donde las hadas te convencen para que no mires atrás,
Para que el odio y la mentira que no puedes soportar,
No vengan esta noche a leerte su final.

He crecido ya,
Cuando juré no soplar mas velas,
Te prometí en cada sueño que como niño yo me iba a quedar.
Pero hay cosas en esta vida que no tienen solución.
A mí ya me llegó la hora y tuve que hacerme mayor.

[Estribillo]

¿Dónde estás?, juraste regresar.
¿Ahora qué?, ya no hay nada que hacer.
Lucho contra mil molinos,
Me enfrento contra mil peligros.
Me hago hueco en este mundo,
Aunque lo que yo mas deseo es volver a soñar.
(c) Javier Ruescas
 
domingo, octubre 15, 2006
posted by Javier at 11:08 p. m. | Permalink
Cediendo a lo inevitable

Tarde o temprano sabía que acabaría sucediendo. Es natural. Rodeado de personas que no hacen más que hablarme sobre estos misteriosos cuadernos de bitácora virtuales en los que escriben acerca de cuanto se les ocurre pensar, he terminando cediendo a la marea y me he decidio a crear mi propio Blog, y aquí está el resultado.
Ahora mismo soy completamente nuevo en todo este mundo y al principio me costará cogerle el tranquillo, después espero que vaya mejorando. (Hasta entonces disculpadme, no nací sabiendo).
El título de este pequeño rincón se lo debo a la última novela con la que ando peleándome cada día en el ordenador: "Cuentos de Bereth".
Digamos que existe un lugar donde se da la fusión perfecta entre los sentimientos y la mente:
Sentomentalia
Bienvenidos.