martes, noviembre 28, 2006
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Cárceles temporales



"Durante el siglo XVIII los relojes se consideraron las máquinas más perfectas jamás construidas por el hombre debido a su capacidad de hacer coincidir la idea de tiempo con la de espacio."

Ignacio Ramonet.

Algunos los consideran artilugios divinos. Máquinas perfectas que nos mantienen informados del nombre que los momentos que estamos viviendo poseen. Criaturas diseñadas para servirnos, para estar a nuestra merced. Capaces de respondernos cuando les pedimos saber cuánto falta para esto o para aquello, cuánto más durará nuestro descanso, nuestra labor o la más feliz de nuestras experiencias...Yo sin embargo los miro con recelo, molesto , y no por su aspecto exterior, ya que algunos son auténticas obras de arte; si no por lo que representan.
Cuando descubro sus manecillas encerrando al tiempo en "tics" y "tacs", dejando libres sólo los espacios que quedan entre ellos ordenados uniformemente; controlando cada instante y situándolos en lugares previamente determinados y organizados, mi deseo no es otro que el de lanzarlos con fuerza contra el suelo para liberarles de su prisión eterna. Para impedir que sigan esclavizándolos sin piedad. Para convertirme en el liberador de los segundos, de los minutos, horas y días... de los años...
Tanto empeño tenemos en identificar un momento con una hora y una fecha determinadas que en algunos casos nos olvidamos de vivirlos plenamente. Siempre pendientes de los "tics", siempre escuchando retumbar en nuestros oídos los "tacs"; una y otra vez, sin cesar, avisándonos, advirtiéndonos de que se agota el tiempo libre, que cuando les alcancen las manecillas ellos también quedarán clasificados y ordenados como sus antecesores...

Pues yo grito ¡No!, grito a quién me quiera escuchar que deberíamos levantarnos y arrojar nuestros relojes. Dejar de intentar domar al tiempo. Dejar de intentar conotrolarlo todo.
Sintámonos por una vez libres en un mundo controlado por el caos de no saber qué hora es o cuantos minutos faltan para la media noche. Volvamos a aprender a regirnos por el sol y la luna, recordemos cómo guiarnos con ayuda del musgo de las piedras o las constelaciones trazadas en el cielo...
El Tiempo es tiempo y nosotros no somos nadie para intentar ordenarlo, encerrarlo o domarlo...
Quizá sea él quien en realidad nos haga suyos...
Quizá intentamos ganar una batalla perdida de antemano...
Quizá por eso recibimos la revancha sin poder evitarlo...
Quizá...

 
sábado, noviembre 18, 2006
posted by Javier at 1:56 a. m. | Permalink
Para tí...

ERA UN JARDÍN SONRIENTE...
de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero


Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada,
una rosa inmaculadade un rosal
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él.
A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:
-Rosa la más delicada
que por mi amor cultivaba
nunca fue;
rosa la más encendida
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo,
curiosa de ver el suelo,
resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó
¿Quién te quiere?
¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?
¿Tú no sabes que es grosero
el mundo?
¿Qué es traicionero el amor?
¿Qué no se aprecia en la vida
la pura miel escondida
en la flor?
¿Bajo que cielo caíste?
¿a quién tu tesoro diste
virginal?
¿En que manos te deshojas?
¿Qué aliento quema tus hojas
infernal?
¿Quién te cuida con esmero
como el viejo jardinero
te cuidó?
¿Quién por ti sola suspira?
¿Quién te quiere?
¿Quién te mira
como yo?
¿Quién te miente que te ama
con fe y con ternura igual?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?
¿Por qué te fuiste tan pura
de otra vida a la ventura
o al dolor?
¿Qué faltaba a tu recreo?
¿Qué a tu inocente deseo,
soñador?
En la fuente limpia y clara,
espejo que te copiara
¿no te di?
Los pájaros escondidos,
¿no cantaban en sus nido
para ti?
Cuando era el aire de fuego,
¿no refresqué con mi riego
tu calor?
¿No te dio mi trato amigo
en las heladas abrigo
protector?
Quién para sí te reclama,
¿te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?
Así un día y otro día
entre espinas y entre flores,
el jardinero plañía,
imaginando dolores,
desde aquel en que a la fuente
un caballero llegó
y la rosa dulcemente
de su tallo separó...

Para tí.
Porque es lo menos que puedo darte...
Porque es lo menos que te mereces.

 
miércoles, noviembre 15, 2006
posted by Javier at 10:23 p. m. | Permalink
Recuerdos materiales


Pensad cuánto valor, cuánto significado se encierra aún en las más pequeñas de nuestras costumbres cotidianas, en los cien objetos nuestros que el más humilde mendigo posee: un pañuelo, una carta vieja, la foto de una persona querida. Estas cosas son parte de nosotros casi como miembros de nuestro cuerpo; y es impensable que nos veamos privados de ellas, en nuestro mundo, sin que inmediatamente encontremos otras que las sustituyan, otros objetos que son nuestros porque custodian y suscitan nuestros recuerdos.
Imaginaos ahora un hombre a quien, además de a sus personas amadas, se le quiten la casa, las costumbres, la ropa, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y a la necesidad, falto de dignidad y juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse a sí mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordiendo su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana.

“Si esto es un hombre”, Primo Levi



No he podido evitar transcribir este pequeño fragmento de la terrible experiencia que Primo Levi sufrió en uno de los campos de concentración de Auswitch durante el periodo Nazi que asoló Europa, y que después relató en este y otros dos libros.
Dejando a un lado la, sin duda magnífica, manera de relatar los acontecimientos que posee este hombre, me quería centrar principalmente en el mensaje de este pequeño tesoro enterrado entre la terrible ponzoña de la que nos hace participes el escritor.

Me maravilla descubrir la razón que tiene Primo Levi al escribir estas palabras; estamos tan apegados a miles de-como diría una joven sirenita-cachivaches inservibles desde el exterior y tan, tan valiosos para nosotros, que muchas veces no nos damos cuenta de ello.
Y no hablo del teléfono móvil que cualquier joven puede pasear de un lado a otro desde que despierta hasta que vuelve a acostarse, y que incluso entonces guarda bajo la almohada para no perder el contacto.
No. Os hablo de ese peluche roído que aún guardamos en el arcón tras nuestra cama y que nuestra madre nos pide una y mil veces que lo tiremos; os hablo de aquel garabato o dibujo que un ser querido nos hizo y que guardamos con celo en algún rinconcito secreto que sólo nosotros conocemos en nuestra habitación, de la carta de algún amor pasado o del juguete estropeado que nos rememora, sin él saberlo, tiempos ya lejanos…
Esas cosas a las que sólo nosotros, -¡Dichosos poseedores de la clave!- sabemos encontrar un significado intrínseco que les hace tan sumamente valiosos que si algún día nos faltasen-¡Dios quiera que no!-, una parte de nosotros se perdería con ellos, y entonces tendríamos que hacer uso de nuestra más absoluta perspicacia y diligencia para hacernos con un nuevo objeto al cual poder otorgar el significado del anterior, todo ello antes de que se nos olvide lo que suponía para nosotros lo perdido.
Tenemos el poder de entregarles valor.
De darles “vida” al fin y al cabo…
Y yo me pregunto entonces, ¿Cuánto controlamos nosotros a estos recuerdos materializados y cuánto nos controlan ellos a nosotros?, ¿Somos verdaderamente sus poseedores o, por el contrario, nos hemos convertido-sin darnos cuenta, desde luego-, en sus esclavos?
¿Podríamos vivir sin ellos?... No lo dudo, pero… ¿Igual que antes?
Y entonces empiezo a descubrir una verdad oculta; un secreto que no quiere ser desvelado y que puede contener el significado real que todos estos objetos encierran en su interior:
No es por los recuerdos que nos evocan, ni por los sentimientos que manan de ellos por lo que los cuidamos con tanto ahínco; el hecho de temer que, junto con ellos, también perdamos esa memoria de antaño nos hace ser unos feroces guardeses de su posesión.
Por eso los conservamos a veces en secreto.
Por eso no queremos que otras personas se fijen en ellos; porque tras el disfraz de peluche o pintura, se esconden las más valiosas cajas fuertes que han existido jamás.
 
domingo, noviembre 12, 2006
posted by Javier at 12:43 a. m. | Permalink
Y ante mí te haces visible


Cierro los ojos.
Pienso.
Sueño.
Imagino.
Y ante mí te haces visible.
La nada y el todo.
El cielo y el infierno.
Tu boca de plata.
Tu lengua de oro.
Tus ojos de cielo.
Tu piel de deseo.
Muñeca y carmín.
Niña y mujer.
Cierro los ojos.
Sólo tu.
Aire y silencio.
Noche y estrellas.
Sólo yo.
Fundidos en el universo.
Fundidos en un beso.
Sentir tus labios.
Tu respiración.
Dos alientos.
Una voz.
Dos corazones.
Un mismo compás.
Nada a nuestro alrededor.
El tiempo espectante.
La luna anhelante.
Sólo tú.
Sólo yo.
Cierro los ojos.
Pienso.
Sueño.
Imagino.
Y ante mí te haces visible.
 
viernes, noviembre 10, 2006
posted by Javier at 11:56 a. m. | Permalink
Palabras sentidas...


Sentir el fuego en las entrañas de querer escribir. Intentar plasmar en una hoja en blanco cuanto queremos expresar.
Darle palabras a los sentimientos, a las emociones, al corazón...
Necesitar de la poesía todas sus armas para darle cuerpo a todo lo incorporeo, a lo invisible...
A todo aquello que nadie desconoce y que sólo algunos son capaces de materializar en forma de melodía, verso o color...
Y entonces me pregunto... ¿A caso podríamos haber llegado alguna vez a hablar de amor, de tristeza o de desolación sin haber hecho uso de las metáforas, metonímias o rimas que ella nos ofrece?
No lo creo...
Y entonces vuelvo a reparar en que me encuentro ante una hoja en blanco sin haber llegado a escribir nada. Me desafía, me reta a comprobar que yo no puedo ser capaz de darle vida a las palabras.
Un hechicero de idéas, un titiritero de sentimientos...
Los deseos y emociones se agolpan en mi ser necesitando la libertad. Necesitando ver la luz del sol. Y yo, como puedo, les entrego lo que ellos me piden: Palabras que les hagan libres. Que nos hagan libres.

Algún día nos daremos cuenta de que no somos nada sin ellos.
Algún día serán ellos quienes nos demuestren que no somos nada sin el arte...
Sin la musicalidad de un verso, el color de un melodía o las palabras de una pintura...

 
martes, noviembre 07, 2006
posted by Javier at 6:19 p. m. | Permalink
Cuestionario melómano
Este cuestionario tiene efecto rebote. Los citados al final tienen que hacerlo de la misma manera que yo. Ellos, a su vez, tienen que escoger a cinco víctimas. La mecánica es la siguiente: escoge un grupo o un solista y responde a las preguntas usando títulos de canciones de ese grupo o solista. Novedoso, no? No vale devolver!

Bueno, seamos aún más originales que el resto de personas...(En realidad es que paso de poner al mismo grupo de siempre, jeje) no voy a escoger a un grupo y tampoco a un solista, me voy a la escala anterior: al compositor.
Por ser esta vez, y siguiendo la linea "Disneyland" que he escuchado mencionar a un tal Bastian, elegiré a Alan Menken... Si alguien no sabe quién es, por favor... ¡QUE SE INFORME!

He aquí el resultado:

Solista o grupo elegido: Compositor (Alan Menken)
¿Eres hombre o mujer? A Guy Like You
Descríbete: A Star Is Born
¿Qué sienten las personas acerca de ti? Street Rat!
¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental? Long Ago...
Describe tu actual relación: A whole new world
¿Dónde quisieras estar ahora? Out There
¿Cómo eres respecto al amor? Part of your world
¿Cómo es tu vida? One Jump Ahead
¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo? Go the Distance
Escribe una cita o frase sabia: God Help the Outcasts
Ahora despídete: Happy Ending

No sé si esto estará permitido, pero para poner a grupos y solistas que todo el mundo elige, mejor ser original, jejeje...

Mis nuevos concursantes son: LASSE, PAULA y DAENERYS.

¡Sed felices!